Habla un criador
de Wagyu japonesa
Un cuidado minucioso para cada ejemplar
Hitoshi Kamigaito
Hitoshi Kamigaito cría reses de carne en la prefectura de Gifu desde hace más de cincuenta años, cuando su padre estaba a cargo del establo. En la actualidad posee unas 120 reses Wagyu japonesas y dedica una atención esmerada a cada una de ellas. JFOODO visitó al Sr. Kamigaito para que nos hablara de sus métodos de cría.
Atención individual por la salud de los animales
En mi establo ingresan becerros de entre 8 y 10 meses de edad y los engordamos durante 29 o 30 meses antes de su despacho. En los dos primeros meses se los alimenta con pasto, para fortalecer su estómago y que puedan alcanzar un gran tamaño en el futuro. Luego va reduciéndose la cantidad de pasto y se les suministra poco a poco un pienso bien balanceado, que contiene principalmente harina de soja y cereales como el maíz y la cebada. Así se los engorda lentamente durante un año y medio.
En mi establo, situado en una región montañosa, criamos unas 120 reses mediante un método minucioso y saludable, esmerándonos en prestar atención a cada animal.
Reses Wagyu japonesas criadas con agua subterránea de montaña
La zona donde criamos nuestras reses se encuentra en la prefectura de Gifu, cerca del centro geográfico de Japón. Es una región montañosa y alrededor del 81 % de la prefectura está cubierta de bosques. Los inviernos son fríos; en mi establo, la temperatura cae hasta unos 15 grados centígrados bajo cero. Gracias a este entorno natural, el aire es puro y también lo es el agua que bebe el ganado. Esta agua, rica en minerales, llega al subsuelo filtrándose por las laderas de las montañas. Una vez extraída mediante bombeo, se la somete a una prueba de calidad antes de suministrarla a los animales. El agua subterránea se mantiene a una temperatura prácticamente constante tanto en verano como en invierno, por lo que el ganado puede beberla sin sentir estrés.
En este entorno criamos reses cuya carne posee el fino marmoleado graso característico de la Wagyu japonesa.
Uso de subproductos de la silvicultura y
contribución a la agricultura local
El suelo del establo se cubre de serrín y cortezas de árbol, ambos subproductos de la silvicultura. La prefectura de Gifu posee vastos bosques y una próspera industria forestal, de modo que utilizamos las cortezas procedentes de árboles talados en la región. Ayudan a reducir la carga que soportan las patas de las reses que han alcanzado un gran peso corporal y absorben el estiércol y la orina, contribuyendo así a mantener el establo limpio y a reducir el estrés de los animales.
El serrín y las cortezas ya usados se utilizan para elaborar fertilizante orgánico, que se entrega a los agricultores de la región como parte de nuestra contribución a una sociedad regional cíclica.